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miércoles, 22 de marzo de 2017

El DOJO, 1ª parte

            La palabra japonesa “Dojo” significa  el  lugar o la sala donde se practica un arte marcial, como instrumento o vía  de superación personal.

            Su origen se remonta a la  época samurái, (siglo XV)  y a la creación de las primeras escuelas  (Ryu) de Bu-Jutsu, allí acudían los guerreros del clan no solo para aprender técnicas y tácticas de combate, sino también para mejorar su carácter.

            En aquellos tiempos algunos dojos se habilitaban en templos budistas, incluso el maestro Jigoro Kano dio el nombre de Kodokan al espacio o habitación que los monjes  Zen le cedieron en el templo  Eishoji  (Tokyo) para iniciar su método de Judo y sobre todo  para dar a los practicantes una formación moral que los inclinara a llevar vidas dignas, nobles y orientadas hacia metas superiores.

            Desde su creación el Dojo es el lugar consagrado al propio perfeccionamiento físico, técnico, mental y ético, por lo que el comportamiento de todos los que allí se reúnen  debe ser respetuoso, observando las normas de etiqueta establecidas.

            El ambiente de esta sala de entrenamiento debe ser acogedor y respirar silencio, sencillez, paz a fin de que induzca a la calma, el respeto, las buenas maneras, la amistad, la alegría, y predisponga a realizar un  trabajo serio encaminado al progreso personal.


            El Dojo normalmente es una sala rectangular cuyo suelo está cubierto de tatamis, y cada uno de sus cuatro lados tiene un nombre, un cometido y un simbolismo, como veremos a continuación.

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