En general en Aikido se enseña y
se práctica aplicando una técnica sobre un único ataque de acuerdo a esta
secuencia convencional:
Uke toma la iniciativa y ataca a
Tori que aplica una defensa sobre su ataque, mientras Uke permanece pasivo ... dejándose
hacer en el 90% de las ocasiones.
Tal forma de entrenar está tan
generalizada que puede verse en cualquier stage, en cualquier vídeo y en
cualquier entrenamiento...pero ¿responde a lo que se espera de un arte marcial?
El método es válido en los dos o
tres primeros años de práctica del aikidoka, pero después es preciso ir más
allá y si no véase lo que dice al respecto el maestro Saotome, 8º dan:
"Cuando el practicante se
inicia en Aikido, se le enseña a distinguir claramente el ataque de la defensa
mediante la aplicación de una respuesta simple (una técnica) ante un
ataque único, pero quedarse en esta
forma de aprender es como obligar a un pianista a realizar unicamente escalas
del tipo Do, Re, Mi, Fa, Sol...toda una vida, sin enseñarle jamás una sonata o
concierto".
"...Cuando se produce una
pequeña modificación en la conducta del adversario, la mayoría de aikidokas se
encuentran perdidos, no saben qué hacer".
La repetición sistemática de un
ataque, una defensa, tiende a fijar las situaciones y las
aparta de la realidad que en esas circunstancias es siempre
cambiante.
Un auténtico atacante no lo hará
con una sola acción, sino que encadenará
sucesivos agarres, golpes, empujones, etc. Y, sobre todo, no se dejará
contraatacar pasivamente...
Bien es verdad que en el tatami,
si el ataque es sincero y la técnica de Tori ha sido bien aplicada, el
encuentro termina ahí, pero no siempre es el caso.
La capacidad de adaptación es lo
que nos permitirá salir airosos ante un adversario que lanza ataques seguidos
os se resiste a ser reducido. En este tipo de entrenamiento es más útil
"percibir" los mensajes
captados por los receptores sensoriales (hemisferio derecho) que "discurrir" con la mente
razonadora (hemisferio izquierdo) buscando una respuesta.