10:00-11:00
SETE IAI
Luis Alberto Marco Arcalá
11:00-12:00
BU JUTSU
Santos Nalda
Bokken
12:00-13:00
AIKIDO
Pablo Nalda
10:00-11:00
SETE IAI
Luis Alberto Marco Arcalá
11:00-12:00
BU JUTSU
Santos Nalda
Bokken
12:00-13:00
AIKIDO
Pablo Nalda
Tanto a los samuráis como a los maestros de armas de las escuelas de la época no se les escapó la importancia de la mirada en combate, el famoso Miyamoto Mushashi (1584-1645) escribió en su libro Gorin no Sho:
“Ver
es más importante que mirar”, advirtiendo que los ojos captan formas
físicas en el espacio y en el tiempo, pero sobre todo las intenciones y los
estados anímicos de las personas, por lo que no hay que mirar fijamente a la
espada del enemigo, sino dirigir la mirada a la zona del esternón.
Enzan no metsuke (expresión utilizada por Miyamoto
Mushashi)
Enzan, en japonés significa; montaña lejos de
ti, montaña lejana.
Metsuke
significa: mirar algo, tener los ojos puestos en algo.
Enzan
no metsuke en Ken Jutsu y en Aikido significa: mirar a tu oponente como si
estuvieras mirando una montaña lejana, con una mirada que lo envuelve, lo
atraviesa y lo controla desde la cabeza a los pies, sin dejarla fija en ningún
punto concreto.
¿Dónde mirar durante el combate, dado que la mirada puede decidir la victoria o la derrota?
Miyamoto recomendaba tener una visión global del adversario, y no mirar solo a sus ojos, sus brazos, su sable, su respiración, etc. para captar todos los detalles de su persona y sus intenciones, antes incluso de que se manifiesten.
La búsqueda de la armonía es, en teoría, una constante en la práctica del Aikido, entendiendo como tal el conocimiento y canalización de todas las emociones propias que conducen al dominio de sí mismo, y no como una astucia técnica para doblegar al oponente. Sin estos requisitos sería imposible instalarse en ese estado de buena relación con todos y con todo. El problema es que hay muchos dojos donde se enseña el arte de luchar cuerpo a cuerpo con más o menos habilidad y eficacia, pero muy pocos en los que se aborde el conocimiento de sí mismo y de la inteligencia emocional solapada en los mismos entrenamientos de las técnicas de combate enfocadas a la resolución de conflictos por vía pacífica, mediante el respeto y el entendimiento.
Nos cansamos de leer y escuchar que la práctica del Aikido, antes que un
aprendizaje para vencer a un adversario, es una ascesis o combate interno
contra las propias debilidades, temores, hábitos, impulsos, etc. pero ¿cuántos
escogen esta segunda vía a pesar de ser la más importante para ellos mismos y
para la sociedad?
¿Qué ejemplos o patrones de vida ofrecen a diario los medios de comunicación?
¿Vivimos en un mundo pacífico, solidario, justo y razonable…?
¿Dónde es posible aprender a vivir en armonía…?
Incluso la respuesta más elemental a cada uno de estos interrogantes nos
muestra la necesidad y la utilidad inmediata de la educación de las emociones a
través de cualquier actividad, y en nuestro caso por medio del Aikido.
Dominar el espacio es:
Dominar el tiempo es: