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domingo, 1 de diciembre de 2019

Budo siglo XXI


Vivimos inmersos en una sociedad compleja, que si bien aporta muchos avances tecnológicos que han mejorado extraordinariamente la calidad de vida, las personas siguen siendo tan desconocedoras de sí mismas y de su psiquismo como en siglos pasados.

Tan importante es la formación humana (el conocimiento propio) como los estudios y prácticas de un oficio o carrera profesional. Pero ¿dónde o quien enseña a conocerse y dominarse a sí mismo...?

El Budo, a través de sus ejercicios, pretende ser una Vía que ayude a las personas a liberarse de su egoísmo, de sus defectos, de sus miedos y a adquirir fortaleza que les permita:
  • Afrontar la adversidad, los peligros o las pruebas con valor y confianza.
  • Superarse constantemente y acordar su vida con los valores humanos más nobles.

Reducir el Budo o el Aikido a un simple sistema de combate o autodefensa es ignorar y menospreciar el fin para el que fue creado.

Decia Kisshomaru Ueshiba: "Es evidente que el aspecto físico del Aikido es importante, pero si estuvieran ausentes el espíritu y el corazón en los movimientos del cuerpo, no sería un Aikido autentico".

De ahí que en los primeros tiempos del Judo, Karate, aikido, etc. el grado se concedía considerando el conjunto de cualidades adquiridas por el practicante en los tres ámbitos de su personalidad.
  • SHIN: Valor moral, mental y espiritual.
  • GI: Valor técnico.
  • TAI: Valor físico.

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