Vivimos inmersos en una
sociedad compleja, que si bien aporta muchos avances tecnológicos que han
mejorado extraordinariamente la calidad de vida, las personas siguen siendo tan
desconocedoras de sí mismas y de su psiquismo como en siglos pasados.
Tan importante es la
formación humana (el conocimiento propio) como los estudios y prácticas de un
oficio o carrera profesional. Pero ¿dónde o quien enseña a conocerse y
dominarse a sí mismo...?
El Budo, a través de sus
ejercicios, pretende ser una Vía que ayude a las personas a liberarse de su
egoísmo, de sus defectos, de sus miedos y a adquirir fortaleza que les permita:
- Afrontar la adversidad, los peligros o las pruebas con valor y confianza.
- Superarse constantemente y acordar su vida con los valores humanos más nobles.
Reducir el Budo o el Aikido
a un simple sistema de combate o autodefensa es ignorar y menospreciar el fin
para el que fue creado.
Decia Kisshomaru Ueshiba:
"Es evidente que el aspecto físico del Aikido es importante, pero si
estuvieran ausentes el espíritu y el corazón en los movimientos del cuerpo, no
sería un Aikido autentico".
De ahí que en los primeros
tiempos del Judo, Karate, aikido, etc. el grado se concedía considerando el
conjunto de cualidades adquiridas por el practicante en los tres ámbitos de su
personalidad.
- SHIN: Valor moral, mental y espiritual.
- GI: Valor técnico.
- TAI: Valor físico.
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