Entendemos por actitud la
disposición psicofísica que adopta una persona ante cada situación de su vida.
Para el budoka las actitudes
mentales y anímicas, son tan importantes
como las técnicas de combate.
Las neurociencias confirman lo que
ya sabían los samurais del siglo XII, que el estado mental y anímico de una
persona influye en su capacidad de acción y en su comportamiento.
Empezamos la revisión de actitudes
por la que consideramos que debe ser la primera: SHOSHIN o el
espíritu del principiante.
Shoshin es la disposición de receptividad libre de prejuicios, que debe adoptar el principiante para recibir las enseñanzas del maestro, acompañada de la humildad, la aplicación, la disciplina, el entusiasmo y el esfuerzo por asimilar los conocimientos que le serán revelados.
¿Quién no
conoce la historia del hombre de ciencia y el maestro de Té?
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