Tanto en los entrenamientos en el dojo, como en todas las situaciones difíciles de la vida ordinaria deberíamos aprender a permanecer imperturbables, sin dejarnos apresar por pensamientos o emociones negativas.
En los intercambios de opiniones encontradas, conviene saber expresar las razones propias libres de miedo, rabia, orgullo, precipitación.
“Permanecer imperturbable significa esperar a que tu adversario lance su primer ataque… lo que implica mantener una extrema vigilancia”
Yagyu Munemori (1571-1646)
En la mayoría de las
ocasiones es la actitud que se adopta, la que condiciona el desenlace de una
situación de crisis
Imperturbable no significa, pasividad ni indiferencia, sino un espíritu
firme anclado en la confianza en sí mismo,
que no se altera, ni se viene abajo ante
las dificultades, o el peligro.
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