Saber enseñar es más que transmitir conocimientos,
el maestro o el profesor también transmite valores, actitudes, principios,
motivación y educación, y también enseña a desaprender aquello que ya no es
válido aunque lo hayamos hecho toda la vida.
Un maestro con magia se esfuerza en impartir una
clase bien preparada a la que valga la pena acudir, y en la que los alumnos
participen de estas tres maneras:
Escuchen, y se asombren, se interroguen, se
motiven.
Piensen y se hagan nuevas preguntas.
Respondan y lleven lo aprendido a sus actos.
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