Mi nombre es Néstor Salceda
y soy practicante de Aikido, Judo, Iaido y Bujutsu. No soy ni mucho menos un
maestro, ni dentro ni fuera del tatami. De hecho, sólo tengo el grado de 2º Kyu
de Aikido y 4º de Judo. Y llegué al mundo de las artes marciales por pura
casualidad.
Como profesional
independiente cuando me preguntan que qué es lo que hago, suelo poner el
ejemplo del señor Lobo de la película de Pulp Fiction; me llaman y resuelvo
problemas. A menudo relacionados con el software, pero también organizativos o
motivacionales.
Las guerras o batallas que
libro no son exactamente iguales que las de los samuráis. Aunque no haya
caballos ni armaduras o lanzas, hay conflictos y hay situaciones que son
difíciles de gestionar. Para estas situaciones he encontrado una serie de
conceptos relacionados en el mundo del Aikido, o del Budo en general, que me
resultan útiles para conseguir desbloquear la situación con un final exitoso
para mí y sin romper a nadie de mi alrededor, bien sean clientes o compañeros.
Ai Nuke
Cuando empezamos a aprender
las técnicas de Aikido y su potencial poder destructivo como arte de guerra, es
muy importante comprender e interiorizar bien este concepto: Es absolutamente
necesario el control a la hora de ejecutar una técnica y no maltratar a uke por
querer lucirme yo.
Hace unos meses, me ocurrió
con un cliente lo siguiente: Terminamos un proyecto y fuimos a entregarlo. El
cliente estaba eufórico, encantado con el trabajo realizado. Nos confesó que de
todas las demás veces que había encargado un proyecto fuera de su empresa,
había sido un fracaso alrededor del un 75% - 80% del total. Sabes que ya has
ganado un cliente para toda la vida cuando escuchas esas palabras con sinceridad.
Pero una de las personas de mi equipo creyó oportuno apuntar que si hubiésemos
hecho nosotros también otra parte del proyecto, aún hubiera quedado mejor. Y en
un instante eres perfectamente capaz de percibir que ese cliente se acaba de
sentir humillado y que tu éxito se acaba de transformar en un fracaso. Eso pasa
en menos de dos segundos. Y no, no había ninguna necesidad de hacerlo, incluso
en el supuesto caso de que hubiese sido verdad.
Necesitas a tus clientes,
aunque a veces estés en una posición antagónica con ellos, si por ejemplo te
deben dinero. No puedes progresar sin ellos. No debes caer en el error de
maltratarlos o humillarlos para alimentar tu propio ego. Cuando quieres
humillar a una persona, lo percibe. Cuando quieres tratar bien a una persona,
lo percibe también. Jita-Kyoei: Prosperidad y colaboración o ayuda mutua,
estrategias win-win. Un cliente satisfecho va a ser tu mejor vendedor y te va a
recomendar por dentro de sus círculos y eso, como negocio, te conviene.
Jigoro Kano dice: "El
adversario es un compañero necesario para el progreso; la vida de la humanidad
está fundada sobre esta base."
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