Adoptar siempre buenas posturas, manteniendo el tono muscular justo.
Permanecer atento aquí y ahora durante toda la sesión.
Ser consciente de todas las sensaciones captadas por los sentidos, tal como llegan, tal como son, sin prejuicios, sin desear que fuesen de otro modo.
Si durante la practica disociamos la consciencia para que distinga: la consciencia que percibe, el objeto, el sujeto o el suceso externo con el que interactúa establecemos una separación o dualidad en si misma.
A modo de prueba, y de vez en cuando, interrógate de este modo durante el entrenamiento:
¿Quién hace el movimiento...?
¿Quién trata de estar consciente...?
Tal vez te ayude a lograr esa unidad interna de la que tanto se habla y tan pocos poseen.
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