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jueves, 25 de marzo de 2021

EVOLUCIONAR, ¿EN QUE?, ¿COMO?, ¿HACIA DONDE?

Si entendemos el Aikido como un camino de mejora personal continua ¿Por qué no aceptar experiencias y conocimientos de otras fuentes?

Si alimentamos un apego ciego a la tradición, entendida como una herencia intocable y acabada, corremos el riesgo de encerrarnos en una forma de enseñar estancada y anacrónica

La paradoja es que los mismos creadores de del Judo, del Karate, del Aikido se atrevieron a modificar y adaptar a su tiempo las enseñanzas aprendidas de otras escuelas más antiguas.

En el ámbito del Aikido actual, aquellos que se atreven a sugerir alguna innovación no son bien vistos por los puristas y tradicionalistas, pero ¿Por qué niegan la posibilidad de una evolución inteligente y necesaria, en la forma de enseñar y ampliar experiencias de otras áreas del saber? 

Evolucionar no significa cambiar nada de lo heredado, sino que, partiendo de esa plataforma, descubrir que otras aportaciones pueden enriquecer la formación del aikidoka, y hacer los entrenamientos más acordes con las necesidades y expectativas de los practicantes del siglo XXI. La clave está en qué sentido ha de evolucionar, y la respuesta puede estar en las reflexiones que se hace cada profesor viendo lo que es factible y lo que no, lo que agrada y desagrada a los alumnos, etc.

Los expertos más conocidos, tanto japoneses como europeos, reconocen la necesidad de evolucionar al ritmo de los tiempos… porque nada es definitivo, ni perfecto.

Nos agrade o no, solo hay dos opciones, o evolución, o estancamiento… y todos sabemos lo que pasa con el agua estancada.

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