Nos revela la fluidez y armonía que requiere cada secuencia.
Nos ayuda a memorizar y enlazar las fases de cada movimiento.
Nos hace conscientes de los músculos que intervienen y cuando ha de comenzar o cesar su participación.
Se mantienen relajados y a la espera aquellos músculos que no son necesarios para la acción que se está realizando.
Se suprimen los gestos parásitos.Se es más consciente del sentido
de equilibrio y de la
ubicación del cuerpo en el tiempo y el espacio.
Se descubre la importancia de sincronizar la respiración con el movimiento.
Se capta con nitidez la distancia conveniente y el momento preciso en el que hay que actuar.
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