1º Dan Aikido
1º Kyu Bu-Jutsu
Licenciado en Empresariales
Doctor en Filosofía
1)
¿Por
qué practicas aikido?
Porque disfruto mucho. Me
ayuda a romper con la agitación cotidiana, me permite ejercitarme, adquirir
destrezas y entroncar con una tradición y conocimientos que se han ido
fraguando a lo largo de muchos siglos de experiencia.
2)
¿Cuántos
años acumulas en tu carnet Aiki?
Empecé allá por 1986 hasta hoy, si bien con algunos
largos paréntesis en los que no pude practicarlo.
3)
¿Cómo
ves el aikido desde el punto de vista de un filósofo del siglo XXI?
Desde el punto de vista de un filósofo del siglo XXI
no me atrevería a decir, pero sí desde el mío, que es bastante más modesto.
El Japón ha conformado una cultura rica y coherente,
es decir, no fragmentaria. Como tal, ha impregnado todas las áreas del quehacer
humano, y las artes guerreras no han sido una excepción. La modernización del
país en el siglo XIX suponía en aquel momento su occidentalización, lo cual
creó las lógicas tensiones entre su tradición y los nuevos usos y valores.
A esto se unió la derrota en la segunda guerra
mundial, que representó una auténtica hecatombe, con ello hubieron de
replantearse su actitud ante el mundo y ante sí mismos. En este contexto el
aikido se presenta como una reconversión de las artes marciales que trata de
salvar la tradición pero en una búsqueda de la paz, de la no confrontación. El
fin no es prevalecer sobre el adversario, sino mejorarse y mejorarlo. Sobre el
papel es muy fácil, sin embargo en la práctica representa un largo camino que
algunos andamos con muchos tropezones.
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