Antes de ser asertivos es crucial que conozcamos
qué queremos conseguir.
Al
practicar una técnica deberíamos tener claro:
1.Qué
vamos a hacer a continuación.
2.Cómo.
3.¿Hemos logrado
realizar lo que pretendíamos?
Pero no estamos solos y debemos atender e
interpretar a uke rápidamente para modular nuestro movimiento, sin
dejar de prestar atención a nuestro entorno y proteger nuestra zona de trabajo.
Procuraremos
conseguir que nuestro movimiento,
desde la máxima concentración, esté libre
de agresividad, fuerza, o pasividad. Sentir y desarrollar la técnica en
función de las circunstancias externas que nos rodean.
Una
técnica visualizada anteriormente debemos proyectarla sin que los pensamientos de nuestra mente impidan su realización.
Probablemente, una y otra vez, encontremos aspectos y matices que corregir con
la ayuda y comprensión de uke. Por este motivo nos permitimos repetir y repetir
tantas veces como sea necesario hasta conseguir nuestro objetivo. La alternancia en la práctica de los
diferentes "roles" (uke/tori y viceversa) nos permitirá descubrir
detalles desde otra perspectiva.
Debemos ser flexibles y adaptar nuestro
comportamiento al movimiento aprendiendo a regularlo gradualmente desde la paciencia. La clave, realmente, está en ser
maleable y adaptable ya que no todas las circunstancias exigirán el
mismo nivel de asertividad.
Lo verdaderamente importante es que
sepamos mantener un equilibrio y
modular nuestro comportamiento a la situación.
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