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martes, 18 de abril de 2017

El Dojo, 3ª y última entrega




En la actualidad el Dojo  debe seguir siendo el centro al que acudimos dos o tres veces por semana para  mejorar nuestra condición física, aprender a hacer el mejor uso de la energía, descubrir la vía de la no-.violencia, aprender a  impedir que nos hagan daño, sin hacer daño a nuestra vez, mejorar nuestro carácter enfrentándonos a nuestros miedos, fobias, inhibiciones, bloqueos somáticos o psicológicos, asimilar valores y actitudes, etc.



Al entrar en el Dojo y aunque solo sea por una hora, dejaremos en el vestuario, nuestro ego, y nuestras preocupaciones cotidianas, y nos dispondremos a ser receptivos y humildes, condiciones indispensables para aprender y mejorar.


El maestro Ueshiba decía que no puede haber calma interior, ni progreso en un ambiente de algarabía, donde proliferan las chanzas, las  risotadas, los gritos, las palabrotas,  las posturas inapropiadas, etc. es decir donde no hay respeto por el lugar en el que se busca la superación personal, a fín de ser una persona más útil para sí misma y para la sociedad en la que vive.

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