En el libro de los cinco
anillos, en el manuscrito del fuego, Miyamoto Musashi habla de "Atacar los
Costados" o "Tocar las esquinas". No siempre al ejercer fuerza
sobre algo que es fuerte cede de inmediato.
En el caso de un combate con el
sable o al aplicar una técnica de Aikido, no siempre es fácil encontrar hueco
en tu adversario. Probablemente adopte una postura de guardia y no colabore con
nosotros, pero si conseguimos atacar un "costado" o una
"esquina" de su cuerpo: una muñeca, un codo o una rodilla, su
siguiente ataque será más débil. Y este es el comienzo de la victoria.
Recordar esto me ha resultado
útil en unas cuantas ocasiones, sobre todo cuando he tenido que ir a ayudar a
grupos en temas organizativos. La historia siempre empieza de un modo similar:
me bajo de un avión o un tren y me encierro en una sala de reuniones con un
grupo de veinte o treinta personas, de las cuales sólo conozco a una o a dos y
que a veces ni tan siquiera están de acuerdo o saben que desde dirección se haya
decidido que hace falta tu ayuda.
El primer paso que doy es identificar a esas
personas que pueden comportarse como esquinas y el segundo es atraerlas,
intentando convertirlos en tus aliados.
Y una vez involucrados, la
victoria está más cerca. Solucionar su problema es parte de la victoria, pero
tengo que conseguir que ellos mismos se den cuenta del problema y llevarlos
hacia la solución. Desde la tranquilidad, sin violencia o tirones y sin
imposición. No sirve de nada ordenar y mandar lo que tienen que hacer. Tengo
que ser capaz de respetar sus ritmos y que sean partícipes de la solución para
que sean ellos quienes la lleven a cabo y la vean como que es suya. Esa es la
victoria completa.
Gōzō Shioda dice: "En una
batalla real, el atemi es el setenta por ciento, la técnica es el treinta por
ciento"
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