Debemos ser valientes en reconocer que el grado Dan (4º, 5ª, 6º, etc.) no siempre es el fiel reflejo del saber hacer y saber enseñar, así como de la madurez del experto que lo ostenta.
Cada uno es libre de elegir su camino y su guía así como la manera de entender y practicar el Aikido, por ello los profesores tienen la responsabilidad moral de intentar comprender y enseñar el verdadero espíritu de este arte marcial.
El pluralismo y la diversidad son cosas naturales y hasta enriquecedoras, pero si los esfuerzos en la búsqueda de cada uno son sinceros, quedará lo esencial como territorio común y lazo de unión e intercambio, porque los otros aunque sean diferentes, no por ello son enemigos.
En el futuro deberá potenciarse más la tarea, responsabilidad y prestigio del "profesor de club", que hoy es poco mas que un intermediario entre sus alumnos y los "super maestros". Hay que hacer que las cosas sean lo que deben ser, es decir, que un alumno pueda aprender perfectamente con el profesor de su club -si este es buen profesor- y deje de alimentar ideas tales como que aprenderá mas y mejor si asiste a stages con las "figuras estelares". El que ha de enseñarle y hacerle progresar es su profesor, claro que si no es así, está justificada su necesidad de asistir a los grandes "stages"
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