Ante una agresión inminente y peligrosa por parte de uno o varios "depredadores humanos" que no respetan ningún valor, ni les importa herir o matar, nuestra preparación corporal, anímica y energética ha de ser máxima e inmediata.
Cuando no hay otra alternativa que "vencer o perecer", es preciso actuar sin reservas, libres de todo pensamiento de miedo.
La ingenuidad generada por el "yo creía que...", la tardanza en responder, la respuesta medrosa, pueden ser fatales...
Necesitamos identificar de inmediato el carácter salvaje del agresor para evaluar si nuestra vida está en peligro o no y pasar de un estado de consciencia ordinario a un estado de ánimo energético máximo ya sea para huir o para hacer frente.
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