En el siglo XI el japonés Imadegawa
Onichi Hohen escribió un libro titulado LECCION SOBRE LAS ARTES MARCIALES,
en el que para referirse al arte de la no resistencia escribía:
“¡Si el adversario viene le acoges…
Si se va le acompañas
Uno y nueve hacen diez…!”
En el siglo XX Morihei Ueshiba el creador del Aikido enseñaba:
“Siempre dejo ir a mi adversario allá donde quiere ir, y lo dejo volver, y
lo dejo caer, allí donde quiere caer... No es una cuestión de rapidez o
lentitud, como no hay por mi parte ninguna resistencia, siempre salgo
victorioso”.
¿Cómo aplicar estos principios en la práctica del Arte de la no
resistencia?
Al entrar en contacto con la fuerza o impulso de Uke, necesitamos percibir
tres factores principales como son:
1.- La dirección que trae.
2.- Su potencia o intensidad (en los
golpes o agarres).
3.- Su velocidad (golpes o
desplazamientos).
No resistir, es no oponer la fuerza a la
fuerza, por la vía de esquivar y ceder.
La acción de ceder nos permite:
1.- Mantener abierto el diálogo corporal
con el otro.
2.- Escapar de la fuerza y la intención del oponente.
3.- Aprovechar la energía del
oponente a nuestro favor.
4.- Reconducir el impulso atacante en su contra.
5.- Disipar la oposición.
6.- Gastar menos energía para lograr el resultado.
7.- Cambiar la dirección del ataque mediante trayectorias circulares.
La no resistencia se sirve de la aplicación de dos fuerzas universales:
I.- La fuerza de la gravedad, o
atracción de la Tierra. (vacío).
II.- La energía cinética
generada por un cuerpo en movimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario