El discípulo pregunta al maestro Zen:
- Maestro, ¿cuál es el secreto de su serenidad…?
El maestro responde:
- Colaborar incondicionalmente con lo inevitable.
Nosotros, practicantes de disciplinas Budo ¿podemos aceptar la realidad del confinamiento como una oportunidad para descubrir y superar las propias limitaciones físicas, mentales y anímicas?
¿Qué limitaciones
físicas? Cómo, dónde y cuándo practicar nuestra disciplina
¿Qué limitaciones
mentales? Control de los contenidos de la mente, la atención, etc.
¿Qué limitaciones
anímicas? La gestión del miedo, el aburrimiento, la tristeza, el pesimismo,
etc.
¿Qué es colaborar con
lo inevitable? Respetar escrupulosamente todas las medidas de protección aconsejadas
por los expertos
No podemos ir al Dojo, pero ¿quién nos
impide entrenar todos estos aspectos y muchos otros, en el marco de lo que nos
permiten movernos?
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