BUDOKAS SIGLO XXI

VICENT TATAY MOCHOLÍ

3.er Dan 

Entrenador Regional de Aikido  por la FEJYDA.

Club Aikival (Valencia)

Profesor de informática.

¿Porqué practicas Aikido?

Desde siempre me atrajo todo lo relacionado con las artes marciales y las filosofías orientales, aunque no se dieron las condiciones adecuadas para practicar una especialidad, hasta que llegué a la universidad.

El campus universitario me brindó la posibilidad de poder iniciarme en la práctica de un deporte de contacto. En ese momento hubo una serie de coincidencias que hicieron que probara con una técnica de defensa personal llamada Aikido.

Después de décadas de práctica, continúo siendo un aikidoka porque es el arte marcial que más se adapta a mi forma de entender la vida.

Siempre agradeceré a mi primer maestro el que despertase en mí el interés por el Aikido.

¿Qué le sobra o le falta al Aikido que tú practicas?

 Debería aprovechar al máximo las horas de práctica que puedo dedicar, dejando para después del tatami los posibles comentarios relacionados.

 Aikido permite su práctica hasta una edad bastante avanzada y pienso que deberíamos cuidar más nuestro cuerpo para permitir esta característica de nuestro arte marcial. Sería ventajoso para nuestra práctica el profundizar más en hacer buenos estiramientos, realizar un trabajo básico de musculación y mantener una nutrición correcta. Esto ayudaría a sufrir menos lesiones y a sentirnos mejor con nuestro cuerpo.

 

¿Cuántos años de entrenamiento acumulas en tu carnet Aiki?

Empecé cuando entré en la universidad, hace 26 años. Desde entonces he seguido practicando con intensidad variable según las circunstancias personales.

¿Cómo ves el Aikido desde el punto de vista de un aikidoka del siglo XXI?

Tenemos el gran reto de conseguir la unificación del Aikido en España. Algo no hacemos bien, cuando practicamos la armonía dentro del tatami, pero no ampliamos esta filosofía más allá del dojo.

Por otro lado, tenemos que decidir si evolucionamos, y aceptamos algún tipo de competición light para estar mejor situados en la nueva normativa, o mantenemos intacto el espíritu del Aikido de O-Sensei.