En
el horizonte mundial se está detectando una creciente falta de interés por el
Aikido, así como un estancamiento y descenso del número de practicantes.
Las
personas de edades comprendidas entre los 18 y 30 años, no parecen mostrar
ningún interés por esta disciplina marcial
Las
más importantes federaciones y asociaciones europeas y americanas, reflexionan
sobre la manera de captar nuevos adeptos, y no perder los que ya llevan algunas
décadas practicando
Tal
vez una de las causas es que no se han tenido en cuenta las necesidades,
expectativas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
¿Se
puede seguir enseñando lo mismo, y de la misma manera que hace sesenta años,
cuando el Aikido llegó a Europa?
El
sentido común y la experiencia de los que ya llevan algunas décadas haciendo
Ikkyo o Shihonage, parece indicar que seguir con la misma metodología empleada
hasta ahora no va a revertir la situación.
No
descubriremos nada nuevo si nos conformamos con las cosas que ya han sido
descubiertas
En
una entrevista a una revista americana, el maestro Tissier afirma que, aquellos
que solo buscan la técnica, pero no piensan en los principios morales y
filosóficos del Aikido, fracasarán como profesores.
La
pregunta clave ¿Qué debe cambiar en los contenidos de las clases y las formas
de entrenar, para que el Aikido sepa poner en valor su gran potencial
educativo?
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