Desde el más profundo respeto a todas las
creencias, permitidme que hoy os ofrezca el recuerdo de Jesús el Maestro de
Nazaret, en el que yo creo.
Los aikidokas practicamos un arte creado por un
hombre llamado Morihei Ueshiba, que tenía gran respeto por la figura de Jesús,
dada la afinidad de sus creencias con todo lo que enseñaba el Maestro de
Nazaret, respecto de la armonía, la paz, el perdón, la reconciliación, el amor,
etc.
Hace 2020 años este hombre paso por la tierra
haciendo el bien y enseñándonos las claves para vivir de la mejor manera
posible.
Tal día como hoy celebró una cena con sus
amigos para despedirse, porque sabía que la ignorancia de sus congéneres le iba
a causar un gran sufrimiento y la muerte.
Todos queremos ser felices, y este deseo es
explotado por multitud de vendedores de felicidad, en forma de cursos, retiros,
conferencias, vídeos, libros, etc. con escasos resultados.
Encontrar el camino de la paz interior no es
difícil, basta leer e intentar vivir según las claves de los cuatro evangelios,
enseñadas por el Maestro de Nazaret
En la web FIRME PERSUASION (pistis del griego),
hace ya algún tiempo un aikidoka tuvo el acierto de adaptar la oración de San
Francisco de Asís al comportamiento que nos llevará a la paz, la armonía, la colaboración
y el progreso mutuo. Por eso con su permiso, os la transcribo para vuestro
conocimiento.
Ser aikidoka significa ser sembradores de paz y de armonía.
donde haya odio, ponga
yo amor,
Evitando los conflictos y dominando mi
propia naturaleza
donde haya ofensa, ponga
yo perdón,
siendo capaz de razonar ante la injuria con
la evasión.
donde haya discordia,
ponga yo unión,
Creando siempre un ambiente a mi alrededor de cordialidad.
donde haya error, ponga
yo verdad,
Enseñando con mi sabiduría el camino correcto a mis
hermanos.
donde haya duda, ponga
yo la fe,
alentando a seguir cuando se crea que todo está
perdido en el combate.
donde haya desesperación,
ponga yo esperanza,
alentando a mis compañeros cuando se
sientan fracasados y desalentados.
donde haya tinieblas,
ponga yo la luz,
caminando delante de ellos para que no
tropiecen.
donde haya tristeza,
ponga yo la alegría.
en aquellos momentos en que se piensa
que... "este camino no es para mi".
Oh, Maestro, que yo no busque tanto
ser consolado como
consolar,
Olvidando mis propios intereses
ser comprendido como
comprender,
poniéndome en el lugar del otro
ser amado como amar.
respetando y cuidando a mi compañeros y
maestros
Porque dando es como se
recibe,
enseñando todo lo aprendido a aquel que comienza
sin interés ninguno.
olvidando es como se encuentra,
perdonando como se es
perdonado,
y muriendo como se
resucita a la vida eterna.
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